miércoles, 14 de julio de 2010

Tuy: sucesos de julio

Desde la noche del día 18, comenzó a notarse una extraordinaria agitación entre el elemento obrero, que no llegó con todo a manifestarse en abierta anarquía hasta las primeras horas de la tarde del día 20, en que, las sirenas de las fábricas anunciaban la huelga general revolucionaria.

Desde este momento (dos de la tarde) recorren las calles y pueblos limítrofes innumerables patrullas de paisanos armados, Carabineros y algunos marinos del guardapesca "Cabo Fradera", en servicio de vigilancia y requisa de armas, aparatos de radio, autos, etc. etc.

Brigadas de trabajadores se dedican, por orden de los dirigentes (1), a la construcción de parapetos, barricadas y trincheras en la Moura, glorieta del paseo principal de Tuy y otros lugares.

Una sección especial es la encargada de llevar a cabo las detenciones ordenadas por el Comité, y a la cárcel son conducidas varias personas, entre las cuales figuraba el culto y valiente Capitán del Ejército Sr. Peñarredonda.

Organizada la defensa de la ciudad, y alejado, con la detención de significadas personas de derechas, todo peligro inmediato, los rojos de Tuy pudieron ya dedicarse tranquilamente al saqueo de tiendas y casas particulares, sembrando con ello el terror y espanto en la población honrada que, en su mayor parte, se hallaba privada de todo medio de información acerca de lo que en el resto de España estaba ocurriendo. Sólo a una porción muy pequeña de afortunados, llegaban los consuelos y alientos de Radio Club-Portugués, codiciado manjar de los Tudenses durante los ocho días que estuvieron sometidos al dominio rojo.

La crítica situación de la ciudad de Tuy no era desconocida en la capital de la provincia; pero, la más elemental prudencia impidió acudir en su auxilio antes del día 25, en que pudo disponerse ya de algún personal.

Puestos de acuerdo los mandos de Pontevedra y Orense, sale de esta ciudad, a las tres de la madrugada, una columna de 80 hombres y una sección de ametralladoras al mando del Comandante Ceano, para encontrarse en Porriño, a las nueve de la mañana, con una batería que a la misma hora de la madrugada saliera de Pontevedra, mandada por el Capitán Casal (2).

(1) Estos tenían instalado su cuartel general en el Seminario, de donde se llevaron (por llevarse algo) 60 colchones de lana, toda la batería de cocina y servicio de comedor. ¡Cosa rara! La Capilla ha quedado intacta; ni siquiera se les ocurrió abrir la puerta por curiosidad.

(2) La batería "Casal" llevaba dos piezas y unos 60 hombres. A la salida de Redondela encontró un puente cortado que tuvieron que reparar los soldados mismos, pues al tratar de buscar ayuda, no encontraron ni un solo hombre en los pueblos limítrofes. Reparado el puente, pasaron las piezas y los camiones de la tropa, pero al intentar hacerlo el de municiones, volcó, resultando 4 o 5 heridos leves.

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Texto procedente de la obra del canónigo de la Catedral de Santiago de Compostela, Revdo. P. D. Manuel Silva Ferreiro, Galicia y el Movimiento Nacional: paginas históricas, 1938.

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