jueves, 11 de marzo de 2010

Muros

Abundaba esta comarca en sindicatos y sociedades, que de obreras apenas si tenían más que el nombre; pues, aunque sus componentes eran en su mayoría gentes de trabajo, no era el sindicato para ellos, sino ellos para el sindicato. El sindicato no servía los intereses del obrero, eran los obreros los que ciegamente servían los intereses del sindicato, intereses representados casi siempre por las conveniencias propias de los dirigentes.

Cuatro sociedades se disputaban en el sector de "Muros" la cotización de los trabajadores, y ambicionaban, con la esclavización de su voluntad, la tutoría y administración de sus derechos políticos: "Unión de los Trabajadores de Mar y Tierra", con residencia en Muros; "Agrupación de Trabajadores y Agricultores", en Serres; "Protección Social Esteirana", en Esteiro, con una sucursal Faísta en Tal, y "Agrupación Socialista de Oficios Varios", en Carnota. Todas estas sociedades, excepto la de Tal, tributaban a la C. N. T. y a la U. G. T., con predominio de la primera en Serres, y equilibrio de fuerzas en Muros.

No son los muradanos de carácter levantisco y revolucionario; pero, las prédicas demagógicas de unos cuantos y el ambiente general, habían llegado a crear un estado social propicio a la revuelta.

Los primeros días del movimiento transcurren sin novedad alguna digna de mención. Sólo cuando a los elementos directivos de las sociedades llegaron órdenes concretas o confirmación de órdenes ya anteriormente recibidas, comenzaron a manifestarse las gentes del Frente Popular en la requisa de aparatos de radio, armas y autos primero, y en algunas salvajadas después. La ocasión era propicia: en Muros no había ni civiles ni carabineros -la fuerza armada se había concentrado en Noya- y ellos, los revoltosos, eran los dueños del pueblo. Como tales, se posesionaron del Ayuntamiento y allí establecieron su cuartel general.

D. Francisco Martín (1) no se contentaba con dirigir la revolución en Noya, procuraba también alentarla en los pueblos circunvecinos, y con este objeto, o con el más egoísta de preparar todo lo necesario para cubrir la retirada, se presentó en Muros el día 23, entrevistándose en el Ayuntamiento con algunos dirigentes, entre ellos el telegrafista D. Florentino del Río elemento destacado entre los marxistas a los que, por su profesión, tenía al corriente de la marcha del movimiento en España.

De aquella entrevista salió el acuerdo de requisar a D. Antonio Pérez Rodríguez y a la Vda. de Chás respectivamente, los Bous "Santa Eulalia" y "Santa Rosa", que habían de servir para la huida de los carabineros. Acaso saliese también del conciliábulo el acuerdo de hacer explotar una bomba en la casa de D. Pablo de Roura, otra en la casa del Sr. Cura de Serres, y otras varias en diversos lugares de la misma parroquia, hechos realizados hacia el día 24.

En la madrugada del día 26, algunos vecinos de Muros pudieron presenciar, convenientemente protegidos por las sombras de una noche que moría, las diversas escenas a que dio lugar la llegada y embarque de los carabineros huidos de Noya, a los que se unieron algunos dirigentes de la comarca, entre ellos José Veloso Mayo (a) "Troski".

A pesar de que los Bous estaban ya de antemano preparados, los fugitivos encontraron sin embargo algunas dificultades con que no contaban y en las que no habían pensado. No contaban por ejemplo, con encontrar al patrón del "Santa Rosa" D. Joaquín Larino, más dispuesto a escurrir el bulto que a embarcarse en aquella empresa, a la que, al fin, le llevó la fuerza de las pistolas que le encañonaban; ni pensaran en el medio de acercarse a los Bous un tanto distantes del puerto.

Esta última dificultad había de resolverla Juan Lestón Tajes (a) "Juanás", a quien buscaron para que, como motorista, sirviese una de las motoras que había amarradas en el muelle, la de Cipriano Lampón (a) "Pata de Pau", en la que sucesivamente fueron trasladándose a los Bous carabineros y paisanos, convencidos unos, obligados otros, y preocupados todos por el resultado incierto de una travesía amenazada de mil peligros desconocidos.

Al amanecer el día 26, no se veía por las calles de Muros ni un solo rojo con apariencias de tal; los que no se fueron con los carabineros, habían huido al monte Lajeiras vulgarmente conocido por el de "Cruz de Pelos", procurando escapar así a la acción de la justicia.

El día 30 entra en Muros una sección de Artillería mandada por el Capitán Saavedra, encontrando aquel sector completamente pacificado y unido ya al Movimiento nacional, bajo la autoridad de la G. C. y Carabineros que unos días antes regresaran de Noya.

El Capitán Saavedra nombra delegado de O. P. en Muros a D. Adolfo del Sel Portillo, y días más tarde se constituye el Consejo Municipal formado por D. Adolfo del Sel, D. Pablo Roura Paz, D. Manuel Rodríguez París, D. Enrique Goday, D. Manuel Rama Riomayor y D. Pedro Lestón Mayo, todos los cuales realizaron, en los primeros momentos, una eficacísima labor, reflejada en una espléndida aportación del municipio de Muros al Movimiento Nacional.

(1) Capitán de Carabineros de Noya.

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Texto procedente de la obra del canónigo de la Catedral de Santiago de Compostela, Revdo. P. D. Manuel Silva Ferreiro, Galicia y el Movimiento Nacional: paginas históricas, 1938.

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