lunes, 9 de agosto de 2010

En Cruces

Mientras esto sucedía en las parroquias del Ayuntamiento de Silleda, en las del Ayuntamiento de Carbia se verificaba también la recluta de armas y de hombres, aunque, inmediatamente, ordenada y dirigida aquí por elementos distintos.

Primo López Rivadulla formaba, con Manuel Sarmiento Debén y Antonio Gómez López, el trío dirigente de la masa obrera, que por ellos armada, patrulló por Cruces y sus contornos los días 19 y 20 de julio.

Previsoriamente y... para poder actuar con toda libertad, el tal Primo, apoyado en su petición por el alcalde de Silleda Emilio Alonso, logró del Gobernador Civil de Pontevedra que el día 19 fuese retirada la fuerza toda del puesto de Cruces. De suerte que, los obreros del "Sindicato Minero de Fontao" y demás elementos del Frente Popular, se encontraron en Carbia dueños absolutos del pueblo, al que llevan la intranquilidad con sus desfiles en patrullas armadas, con sus registros domiciliarios y otros actos ordenados o consentidos por el trío de referencia, cuyas disposiciones eran ciegamente acatadas por todos.

La actuación de los dirigentes del Frente Popular en la comarca de Silleda, había de culminar en la organización de partidas armadas que, movilizadas en varios camiones, fueron mandadas a Pontevedra el día 20 de julio.

Hemos visto ya en otro lugar el brillante papel que en la capital hicieron los milicianos rojos enviados de los pueblos ¡Aquí, y refiriéndonos tan sólo a los doscientos mandados allí por la sociedad de "Ponte" (Lalín), hemos de consignar el apoteósico recibimiento de que fueron objeto en Silleda a su regreso de Pontevedra.

Fueron los encargados de organizar los festejos en honor de los expedicionarios que a sus casas volvían, sino cubiertos de gloria, cubiertos sí, de polvo, de venganza y de miedo sobre todo, el adalid de la causa derechista en Silleda D. José Brañas, el Cabo de Cruces y el Guardia civil de Silleda Sr. Gamarra, quienes, seguidos de siete paisanos previamente armados, se apostaron en una revuelta de la carretera por donde iban a pasar las huestes comunistas de "Ponte", y... al saludo de ¡manos arriba!, se acercan a los camiones que pararan en seco, y hacen bajar uno a uno a sus ocupantes (cerca de un centenar) obligándoles a dejar las armas, para que de ellas desembarazados, pudiesen más fácilmente recibir el abrazo de bienvenida.

Tras de éstos, llegaron otros camiones, cuyos ocupantes contestaron a la voz de ¡Alto!, disparando sus armas contra Brañas y sus compañeros, que repelen la agresión, entablando violento tiroteo con sus expedicionarios a los que causan quince heridos (de tanta gravedad dos de ellos, que fallecieron a los pocos momentos) y rindiendo finalmente toda la partida.

Silleda, fue uno de los pueblos que con más esplendidez han contribuido a la obra de aportación de la provincia al Movimiento Nacional. ¡Mayor entusiasmo pusieron los Ayuntamientos de la Nueva España en salvarla, que el que pusieran los del Frente Popular en destruirla!

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Texto procedente de la obra del canónigo de la Catedral de Santiago de Compostela, Revdo. P. D. Manuel Silva Ferreiro, Galicia y el Movimiento Nacional: paginas históricas, 1938.

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