miércoles, 4 de agosto de 2010

Forcarey

En el Ayuntamiento de Forcarey, era acaso Sotelo de Montes el lugar en donde se encontraba el principal foco comunista y masónico, si hemos de dar fe a los alardes que allí se hacían de estas ideas, y al uso frecuente de emblemas e insignias que sin rebozo alguno allí se ostentaban.

Sin embargo, más que el mal ejemplo y ostentaciones revolucionarias de los camaradas de Sotelo, influyó influyó en la comarca la diabólica labor de una caterva de maestros de escuela, que más que a enseñar, se dedicaban a pervertir, no sólo a los niños a los que obligaban a saludar puño en alto a todo coche que pasaba, sino también a los labradores del contorno, para los cuales organizaban, los domingos y días de fiesta, frecuentes mítines, envenenándolos con sus doctrinas y obligándoles (incluso a las mujeres) a aceptar el brazalete rojo que habían de lucir en la fiesta del 1º de mayo y en otras manifestaciones de índole parecida.

Pardesoa, Dosiglesias (1), Acibeiro, Meabia y Liñares (Castrelo) tuvieron la desgracia de contar en sus escuelas con apóstoles de cuño marxista y formación revolucionaria, que llevaron a aquellas gentes, antes pacíficas, la intranquilidad y ambición sociales, que en ellas se revelaba en julio del 36 (2).

Una gran parte, puede decirse que la mayoría de los hombres de Forcarey, trabajaban durante el invierno como agricultores, y por el oficio (casi todos canteros) durante el verano, desplazándose principalmente a Madrid, Bilbao y Asturias, de donde llegaban trayendo casi siempre cada uno su charrasco; razón por la cual, todos estaban armados, no precisamente con miras a la revolución, sino para defenderse personal y por fachenda.

Esto explica, el que en los días del movimiento revolucionario, no se registrasen en este sector las requisas de armamento tan generalizadas en la Región. Si necesitaban armas, fueron a pedirlas a la capital de la provincia, para donde se salieron el 19 de julio (con tal objeto) D. Fermín López Varela maestro de Pardesoa, Taberneiro y otros, que en el Gobierno Civil fueron recibidos por un oficial de ideas fascistas, que los devolvió a sus casas con buenas palabras y manos vacías.

A pesar de esto, cuando llegaron a Sotelo, de regreso de Pontevedra, erígense en amos del pueblo; cortan e impiden la circulación de coches, y publican por todas partes, que allí no se reconoce otra autoridad que la de Madrid. Esto, en Sotelo; que en Forcarey, debido sin duda a la prudencia y previsión del alcalde D. Francisco Gamallo, nadie se movió en aquellos días.

El 22, día en que Sotelo celebraba sus fiestas patronales, fue el peor y más peligroso, a pesar de estar declarado ya el Estado de Guerra en la provincia.

Excitados los elementos marxistas por las noticias que transmitía Radio Madrid, recrudecen la actitud levantisca en que se habían colocado; impiden la salida del coche de línea amenazando de muerte al chófer Antonio Campos, y amenazan también al Cura con volar la Iglesia, si se celebraba la Misa de la fiesta Patronal.

La Misa se celebró, y las amenazas no pasaron a vías de hecho, por fortuna para los revoltosos, que, de haber intentado algo, se hubieran visto sorprendidos por varios números de la Guardia Civil que, mediada la Misa, llegaron al pueblo para declarar el Estado de Guerra, y por una veintena de falangistas que venían de Villagarcía para reclutar la falange de la Comarca.

La presencia de estas fuerzas espantó a los revolucionarios, que huyeron en su mayor parte hacia los montes de Vilariño.

La fuerza consigue detener al mancebo de la botica de Sotelo, elemento peligrosísimo en todos los órdenes, a quien se le ocupó una pistola, y a "El Fino", significado dirigente socialista con capa de buena persona.

Desde entonces, toda aquella zona, Forcarey-Sotelo, quedó completamente pacificada, dedicándose la Guardia Civil y Cívicos a operaciones de limpieza y recogida de armas, en la que se destacó notablemente el guardia Desiderio, del puesto de Forcarey.

La recogida fue por cierto muy abundante, habiéndose dado el caso de que, en Meabia, parroquia de muy pocos vecinos, tuvieran los guardias que requisar dos caballerías para transporte del material -armas cortas y largas- allí encontrado.

Dominada la situación, la Autoridad Militar nombró delegado de Orden Público a D. Sabino Mariño que había sido el primer alcalde de la República en Forcarey, lo que anotamos, porque ello habla muy alto en favor de la honradez del Sr. Mariño.

Bajo su mando y dirección, comenzó Forcarey a contribuir a la Causa de España espléndidamente, y de modo tan unánime, que no era raro ver a los ayer dirigentes rojos, con el saquito a cuestas por senderos y corredoiras, pidiendo... "para el Ejército Salvador".

(1) Dosiglesias, escuela de niñas.

(2) Orientaba esta labor destructora, aunque de modo encubierto y solapado, José Larrosa del Pino ayudado por Pedro Mariño y otros, y a la secundaban eficazmente José Gutiérrez, un tal Donoso de la aldea del Puente (Forcarey) y otros.

**********

Texto procedente de la obra del canónigo de la Catedral de Santiago de Compostela, Revdo. P. D. Manuel Silva Ferreiro, Galicia y el Movimiento Nacional: paginas históricas, 1938.

No hay comentarios: