domingo, 8 de agosto de 2010

Silleda

Silleda, en el distrito de Lalín, fue el centro de todas las actividades revolucionarias que, del 18 al 20 de julio, observamos en la comarca.

Bandeira, Cruces, Carbia y otros pueblos, de allí recibieron órdenes e inspiraciones que habían de plasmar en los hechos que luego relataremos, y que dimanaban en su mayor parte del "Comité de Defensa", formado por Emilio Alonso Paz, Presidente del Frente Popular; Daniel Sánchez Mallo, Teniente-Alcalde y Antonio Costoyas Ares, Concejal.

Alonso Paz, creyéndose Ministro o cuando menos Gobernador de la República, se apresura a nombrar delegados de su autoridad, extendiéndoles credenciales que justificar pudiesen su personalidad revolucionaria ante jefes y jefecillos de los pueblos a donde fuesen comisionados.

Carbia, Cruces y Bandeira recibieron la visita de alguno de estos nuevos personajes, portadores de las superiores órdenes del Comité de Silleda, por las que se disponía la requisa de armas de toda clase, municiones, autos y explosivos. Las sociedades, "Obrera de Ponte" (de tendencia socialista) en Silleda, "Pro Escuelas de Bandeira" (de significación izquierdista) en Bandeira, y "Sindicato Minero de Fontao" en Cruces, dieron un número considerable de elementos necesarios para la ejecución de estas disposiciones y demás actos delictivos que pasamos a reseñar.

El día 20 de julio, Antonio Valladares González, provisto de una pistola y capitaneando un grupo armado, se dedica en Silleda a la recluta y preparación de fuerzas marxistas, al tiempo que se incauta de armas, autos y aparatos de radio, empleando la violencia con las personas aquellas que trataban de oponerse a sus designios.

En esta forma, se apoderó de una escopeta de D. Carlos Otero Salgueiro; una pistola de D. Nicolás Morandeira; dos coches de D. Manuel García Cerviño; gasolina de un depósito perteneciente a D. Amador Taboada Gutiérrez; radio y coche de D. Antonio Trabazo, y escopeta de D. M. Rey, habiendo además hecho tres disparos de pistola sobre Ramón Ares Cacheiro, y otros varios contra D. José Troitiño Gaiteiro.

No satisfecho con esto, penetra con parte de su gente en la Iglesia de Mánduas primero, y más tarde en la de Merza, no ciertamente arrepentido y para pedir a Dios perdón, sino para encañonar con su pistola a los párrocos respectivos, amenazándoles de muerte si no entregaban las armas todas que tuviesen en su poder.

No son sólo Valladares y sus hombres los que en Silleda pueden exhibir una brillante hoja de servicios a la causa revolucionaria. Otro grupo integrado por Donoso Vieitez Caramés, Fidel Costoyas Moreiras, Ramón Felino, Manuel Naya Gómez (a) "Topino", el "Cachinero" y otros, podría, con toda justicia, presentar la cuenta al Comité de Silleda, para que éste, en caso de triunfo, la hiciese llegar a los altos dirigentes marxistas. El grupito en cuestión, provisto de armas y muy malas intenciones, visitó en dos ocasiones distintas la parroquia de Mánduas, y sus componentes penetraron en la casa Rectoral, con ánimo de proceder, cuando menos, a la detención del párroco.

Quiso la suerte que en ninguna de las dos visitas pudiesen entrevistarse con el Cura a quien buscaban; pero no por eso sus familiares y la Rectoral se vieron libres del minucioso cacheo, que por cierto resultó infructuoso.

Más tarde, estas gentes se fueron a Bandeira, y, divididas en secciones, patrullaron por la parroquia donde hicieron resonar su grito de guerra (U. H. P.), al tiempo mismo que lucían sus escopetas y puños en alto.

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Texto procedente de la obra del canónigo de la Catedral de Santiago de Compostela, Revdo. P. D. Manuel Silva Ferreiro, Galicia y el Movimiento Nacional: paginas históricas, 1938.

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