lunes, 25 de enero de 2010

Triunfa el Movimiento en La Coruña: los marxistas desalojados de sus últimos reductos

Los rojos, maltrechos en su primera jornada, se habían replegado hacia Sta. Margarita y el Gurugú, conservando en su poder los barrios de la Estación, Fernández Latorre, Castiñeiras, Monelos, Nelle y otros, con construcciones como la Estación del Norte -en la que roban, saquean y se apoderan de Jefes y empleados que ponen cara a la pared para fusilarlos- Escuelas Labaca, Chalet de Torrado, Fábrica de Tabacos, Obras en construcción de Bendamio y otros edificios, en los cuales se habían fortificado y almacenado armamento (ametralladoras incluso) y dinamita en abundancia (1).

Contra estos objetivos se dirigen los ataques de las fuerzas de España en la mañana del día 21.

Amanece este día con unas explosiones tremendas que resuenan en toda La Coruña y en varios kilómetros a su alrededor. Dícese que son los mineros asturianos que acuden en auxilio de sus camaradas gallegos. No era así sin embargo: mineros eran; pero los de Vivero y Noya que, en nutrida columna, avanzaban por Linares Rivas para infiltrarse en la población.

No pasaron de la plaza de Orense. Allí les hace frente la sección de la Guardia Civil que custodiaba la Radio, y logra detener de momento la marcha de los revoltosos.

Pronto se rehacen éstos, e intentan proseguir el avance interrumpido; pero una ametralladora colocada en las inmediaciones del Colegio Dequit, les hace fuego de flanco, y tienen que retroceder, replegándose sobre el Chalet de Torrado y la casa en construcción del Sr. Bendamio, de cuyos baluartes fueron luego desalojados por una batería del 16 Ligero mandada por el Capitán Judel, y una sección de morteros del Regimiento nº 29 al mando del Teniente Español.

Por la tarde de este mismo día, una compañía de Intendencia (que ya actuara también por la mañana) Infantería, artilleros con fusiles y Guardia Civil al mando del Capitán Oliete, desalojan a los marxistas que hostilizaban desde Sta. Margarita y el Gurugú, y limpian de revolucionarios todo el sector hasta la barriada de Monelos (2).

El miércoles 22 se completó la obra de días anteriores, avanzando hasta la estación cuyo edificio queda en poder de las tropas, y establecido contacto con las fuerzas de Asalto bloqueadas hasta entonces en sus cuarteles. Con esto, pudo darse por dominada la situación en La Coruña que volvió rapidísimamente a la normalidad (3), y pudieron las fuerzas de la guarnición acudir en auxilio de los pueblos limítrofes.

En la mañana del 22, en vista de las noticias que se recibían de Betanzos en donde los marxistas trataban de adueñarse del pueblo, salieron de La Coruña con aquella dirección fuerzas de la G. C. al mando del Teniente Antelo. Al llegar a Guísamo, la fuerza recibe -de revoltosos emboscados- una descarga cerrada, de la que resultan heridos el conductor del camión guardia Bazaga y el cabo de la ametralladora Sr. Blanco, y muerto el guardia sirviente de la máquina Alejandro Reyes. La expedición no pudo por esto continuar, y regresó a La Coruña.

A las tres de la tarde de este mismo día, sale una columna compuesta de Guardias de Asalto, Guardia Civil, y una sección de morteros del Regimiento 29, que, después de un fuerte tiroteo, se une en Betanzos a las fuerzas que defendían el casco de la población y puntos estratégicos que conservaban. Esta columna hace noche en Betanzos, y regresa por Sada al día siguiente.

El jueves, día 23 -mientras otras fuerzas se desplazan al Burgo, Cambre, Carral, Órdenes, etc.- salen las de la Guardia Civil mandadas por el Capitán Oliete y el Teniente Santos, a batir los grupos rebeldes que seguían actuando en Vimianzo, Corcubión, Cee, Puente del Puerto y otros pueblos limítrofes.

En estas operaciones complementarias sobre todo, fueron eficazmente ayudadas las fuerzas armadas por elementos civiles que, desde el primer momento, se habían ofrecido a trabajar bajo la dirección del Ejército por la salvación de España.


(1) El cuartel de la Guardia de Asalto, emplazado en este sector, quedaba por consiguiente bloqueado, y en él unos cien hombres mandados por el Capitán Herminio, que en los primeros momentos se apoderaron de la Campsa y tuvieron luego que permanecer a la defensiva, batidos durante dos días por las alturas de los Castros, estación y fábrica de tabacos, haciendo de cuando en cuando algunas salidas, en las cuales cogieron 45 prisioneros.

(2) No se fueron los revolucionarios, de este sector de la ciudad, sin haber dejado muestras de su salvajismo: saquearon e incendiaron luego la casa-chalet que en la entrada de la carretera del Espiño tenían los familiares de D. Maximiliano Linares Rivas, calculándose las pérdidas en 200.000 pesetas; incendiaron la sacristía de San Pedro de Mezonzo y profanaron el templo; asesinaron en el Hotel Europa al Magistrado de Sala de lo Criminal de la Audiencia D. Policarpo Fernández Costas Valdés, y despojaron e incendiaron la residencia de Redentoristas, dándose el caso de haber sido puestos a la venta por aquellos lugares, colchones (producto de la rapiña) al precio de 3 y 4 ptas.

(3) El día 24 el Comandante de Ingenieros D. Andrés Fernández Albalá encargado dos días antes de movilizar tranvías y ferrocarriles, consigue echar a la calle cuatro tranvías, y al día siguiente doce tranvías más del servicio urbano.

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Texto procedente de la obra del canónigo de la Catedral de Santiago de Compostela, Revdo. P. D. Manuel Silva Ferreiro, Galicia y el Movimiento Nacional: paginas históricas, 1938.

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