jueves, 1 de abril de 2010

Cedeira

Pueblo situado a 35 kilómetros de Ferrol, venía sufriendo desde hacía ya bastante tiempo, la influencia de los elementos revolucionarios de la ciudad departamental.

La mala semilla de allí importada, era distribuida entre la población marinera de la Villa, por el Veterinario Antonio Castillo, un tal Bernabé Maestro de Santalla, Isaac Forneiro y el Administrador de Correos. Estos tenían como fuerzas de choque, que utilizaban en todos los conflictos y actuaciones sectarias, a Constante el "Chulo"; al "Manco" y a otros muy conocidos en la comarca.

Las primeras noticias del Movimiento produjeron en el elemento izquierdista de Cedeira aplanamiento y sorpresa; pero, alentados por los rebuznos de Radio Madrid, bien pronto cambiaron de actitud y se dispusieron a obedecer las órdenes emanadas del Gobierno de la República.

Proceden a la requisa de armas y a la detención de significadas personas de derecha que, en número de 20, son conducidas a Ferrol, con objeto de ingresarlas en la cárcel de aquella ciudad. Allí no pudieron ser alojados los detenidos por estar ya completamente llena la prisión y, quiso la suerte que los llevasen a Ortigueira, pues si llegan a traerlos de regreso a Cedeira, mal lo hubieran pasado, a juzgar por la actitud en que estaban los revoltosos, y por las manifestaciones que hacían, reveladoras de la intención de matarlos tan pronto como llegasen.

Entre tanto, en Cedeira, habían publicado los comunistas un bando en el que se amenazaba con la muerte a todo aquel "que a las siete de la tarde no esté con nosotros y a nuestro lado", bando que si no sirvió para aumentar el número de revoltosos, sirvió en cambio para acabar de poner en guardia a los fascistas y demás elementos de orden, advirtiéndoles del peligro que corrían, permaneciendo por más tiempo en el pueblo.

El día 26, una columna que al mando del Capitán de la Guardia Civil Sr. Barba y los Tenientes señores López Alonso, Herrerín y Pérez Peña saliera de Ferrol para Ortigueira en labor policíaca, entraba en el pueblo de Cedeira sin resistencia, y devolvía a la Villa la tranquilidad y confianza de que estuviera privada unos cuantos días.

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Texto procedente de la obra del canónigo de la Catedral de Santiago de Compostela, Revdo. P. D. Manuel Silva Ferreiro, Galicia y el Movimiento Nacional: paginas históricas, 1938.

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