domingo, 21 de febrero de 2010

Las comisiones trabajan. Requisas e incautaciones.

La comisión de armas y municiones actúa ya desde las primeras horas del día 19.

A la una y media de la madrugada de este día, Domínguez Caamaño y Celestino García acompañados de dos guardias de Seguridad, se presentan en la Armería Ríos, sita en la Rúa del Villar y, exhibiendo una orden de la Alcaldía (1), se llevan 34 escopetas, una tercerola, dos rifles, 30 revólveres, 1.950 cartuchos de escopeta y otras municiones.

Con tan importante cargamento debieron llevar también a los "camaradas" la noticia de que en Ríos no se habían agotado las existencias, pues, en la tarde de este mismo día, es visitada de nuevo aquella casa, de la que Constantino García, Constante Pérez Martínez y Luis Rivas Nouche, que allí se presentaron en coches requisados a D. Ramón Sánchez Andrade y a la Sra. Viuda de Harguindey, se llevaron esta vez media caja de dinamita, 112 kilos de pólvora de mina, 500 metros de mecha, 4.000 detonadores de barreno y seis kilos de pólvora de caza de diversas clases, obligando además al hijo de la dueña, a que les acompañase a la estación del Ferrocarril, para que "recoja y les entregue" una pistola Star 9 mm y 1.300 cápsulas de pistolas que allí había consignadas para dicha Armería.

Recogen también en la Armería de la Viuda de Toribio Rodríguez unas 20 escopetas, dos pistolas, siete cajas de balas 6,05 y otras de otros calibres, y, consiguen del Teniente D. Conrado López Pérez (mediante orden escrita del Alcalde) (2) la entrega de 23 pistolas, pertenecientes a los guardias de Seguridad.

Como se ve, la comisión de armas y municiones desplegó una actividad extraordinaria en todo este día 19 de julio, y eso, sin tener en cuenta la salida de otras partidas a los pueblos limítrofes con el mismo objeto.

Actúan también por su parte y no con menor intensidad las de registros y requisas (3), y comienzan a llegar a Santiago camiones de gente armada que, al desfilar por las calles, dan a la población un aspecto de suma intranquilidad y peligro.

El Comandante Jefe de Artillería, viendo que los acontecimientos se precipitaban, llama por teléfono al Alcalde y le hace saber que: "en el momento mismo en que el orden sea alterado, yo saldré a la calle a imponerlo por la fuerza". Conferencia luego con el Alférez de la Guardia Civil y le dice, que prepare su gente para salir al primer aviso.

La respuesta del Alférez: "Yo tengo orden terminante de la Comandancia de no moverme de la Casa-Cuartel", no debió satisfacer a Bermúdez de Castro, que inmediatamente, pide por teléfono a la División, solicite ésta del Gobierno Civil la concentración a sus órdenes, de los puestos de la Compañía de Santiago. Como fácilmente puede suponerse, la División no cumplimentó esta solicitud, ya que allí estaban sucediendo cosas que absorbían por entero la atención de Jefes y Oficiales, aparte de que... ¡bueno estaba en aquellos momentos el Gobernador para que le fueran con solicitudes de esta índole!

(1) La orden dice así: "Ayuntamiento de Santiago.- Esta autoridad municipal en vista de los momentos porque atraviesa el régimen Republicano, ordena a Vd. haga entrega de todo el material de armamento, que obre en su poder acompañado de las municiones y correspondiente cartuchería. Santiago de Compostela 18 de julio de 1936.- EL ALCALDE, José Germán Fernández.- Hay una rúbrica y un sello que dice: Ayuntamiento de Santiago, y al pie: Sr. Armería de Ríos de esta Ciudad".

(2) Por el presente se ordena al Jefe del Cuerpo de Seguridad en Santiago entregue al portador las pistolas de los agentes a sus órdenes pues dichos agentes tienen suficiente con el mosquetón para cumplir con las necesidades del servicio.- EL ALCALDE, José Germán Fernández.- Santiago 19 de julio de 1936.- Hay una rúbrica y un sello que dice: Alcaldía de Santiago de Compostela.- Sr. Comandante Jefe de las fuerzas de Seguridad.- Y, en letra de pluma, escrito con mano al parecer temblorosa: "Estas armas son para los componentes del F. P. Sres. Barcia Pasín, Caamaño, Frade y Marcial Pérez".

(3) Requisaron también entre otros, los coches de los Sres. Bescansa, Olimpio Pérez y Harguindey (D. Jacobo).

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Texto procedente de la obra del canónigo de la Catedral de Santiago de Compostela, Revdo. P. D. Manuel Silva Ferreiro, Galicia y el Movimiento Nacional: paginas históricas, 1938.

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