martes, 23 de febrero de 2010

Las tropas en la calle. Proclamación del estado de guerra

A las doce de la noche del día 20, ordena el Comandante que 30 hombres de la 4ª batería formen al mando del Capitán Calzada, y otros 30 de la 5ª al mando del Teniente Ledo, llevando cada batería una ametralladora y los mosquetones correspondientes. La 6ª batería mandada por el Capitán Saavedra, con otra ametralladora y 40 hombres, quedaría en el Cuartel para defensa de éste y como reserva.

Sale el mismo Bermúdez de Castro mandando las fuerzas de la 4ª y 5ª que proceden a ocupar los puntos estratégicos de la ciudad y los edificios principales, en combinación con dos secciones de la G. C. que, mandadas la una por el Teniente D. Bernardino Rodríguez, y por el Alférez Rey la otra, fueron a encontrarse en el Franco con las fuerzas del Ejército, después de haber seguido el itinerario que les señalara el Jefe de Artillería.

Por cierto que los artilleros, al ver a los civiles, hicieron alto y montaron sus fusiles. ¿Los confundirían acaso con los rojos? Si así fue, pronto volvieron de su error, al escuchar los vivas que el Ejército y a España daba la Guardia Civil, confundidos luego, con los que a España y a la Guardia Civil daban los artilleros.

A la una y media de la madrugada estaba ya ocupado el casco de la población y tomado el Ayuntamiento. Tan rápida fue la ocupación, que los rebeldes, en su precipitada huida, no pudieron ver cumplidos sus propósitos de volar la sala de aparatos de la Central de Teléfonos, haciendo explotar, al lado de la capilla del Pilar, la potente bomba que tenían destinada a la Telefónica.

Seguidamente -mientras el Capitán Taboada y el Teniente Gutiérrez al frente de un pelotón de artilleros, se apoderan del Estudio de la Emisora "Radio Galicia" instalado en la plaza de la Universidad, en donde encuentran armas, municiones, proclamas sediciosas e incluso planos del Cuartel de Artillería- baja el Teniente Quesada a la cárcel, y pone en libertad a las personas allí encerradas por el Comité Rojo. Eran estas (además del General Sánchez Ocaña y su ayudante, detenidos en Órdenes el día 20) los Sres. Méndez Brandón, Peña de Andrés, Buján Casal, Bermejo (D. Ricardo y D. Gerardo), Fabeiro Vigo, Baluja, Gutiérrez (don Ángel), Castroviejo, Mata (D. José), Brañas, Álvarez-Paz oficial de Telégrafos, Domenech, un alemán que trabajaba con Mata, Rey Santamaría (D. Manuel) y hermano, San Luis y Lago Aller (don Manuel).

A las tres de la mañana de este día 21 de julio, se proclama el bando declaratorio del estado de guerra, y Santiago... la ciudad del Apóstol, que por unos momentos pareció abandonada al capricho de gentes extranjeras y fuerzas ocultas, volvió a ser de España.

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Texto procedente de la obra del canónigo de la Catedral de Santiago de Compostela, Revdo. P. D. Manuel Silva Ferreiro, Galicia y el Movimiento Nacional: paginas históricas, 1938.

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