sábado, 27 de febrero de 2010

Vedra: dinamita y otros estorbos

La dinamita de que podía disponer Juan Gaiteiro, no se agotó, ni con mucho, en la fabricación de los petardos arrojados contra la casa de D. Casimiro Torre. ¡Sobraba dinamita! Sobraba dinamita; pero... lo que antes había sido precioso artículo de negocio y fue luego valioso pertrecho de guerra, fracasado el movimiento comunista en Galicia, se convirtió en estorbo peligroso que era necesario hacer desaparecer.

Laureano Amboaje vecino de Vedra y al servicio de Juan Gaiteiro, parece que fue el encargado de ello, enterrando el día 21 en una finca propiedad de Manuel Santos, veintidós paquetes de dinamita con un peso aproximado de 55 kilogramos, y cuatro cajas de detonadores.

No era la dinamita el único capítulo de acusación contra el Teniente alcalde del Ayuntamiento de Vedra: había además en su casa otros objetos que, por comprometedores, estorbaban también, y que había que ocultar a la vista de posibles registros policíacos. Por eso, ocho o diez días después de enterrada la dinamita, vuelve a entrar en acción el Amboaje que, ayudado esta vez por la mujer de Gaiteiro, llenó dos sacos con cartuchos de escopeta, un sello de Izquierda Republicana y una corbata roja, y ordenó a otros empleados de la casa, los llevasen a un molino propiedad del Gaiteiro, y los ocultasen allí convenientemente.

Ninguna otra cosa ha ocurrido en la zona, que pueda considerarse como opuesta al movimiento nacional. Antes bien, fue esta comarca con todo el valle del Ulla, de las primeras y más entusiastas en acudir a la Causa Nacional, con sus hombres primero, y sus donativos después.

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Texto procedente de la obra del canónigo de la Catedral de Santiago de Compostela, Revdo. P. D. Manuel Silva Ferreiro, Galicia y el Movimiento Nacional: paginas históricas, 1938.

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