miércoles, 10 de febrero de 2010

Torpedero Número 2

El Torpedero Nº 2 que, en los primeros momentos pareció ser completamente leal a la causa de España, pronto se vio también marcado con la infamia de la sublevación.

Saliera en la madrugada del día 21 de julio de Ferrol para el puerto de La Coruña. Allí recibió un radiograma del Vicealmirante de la base, manifestándole que, de Ferrol, había salido el "Xauen" sin autorización, suponiéndosele por ello sublevado.

En vista de esta comunicación, el Comandante del Torpedero se hizo a la mar en zafarrancho de combate, cruzando hasta Cabo Prior. A la hora de haber salido advirtió en la boca de la ría la presencia de un Uad, y tomándole por el Xauen, mandó dar la voz de fuego que, al no ser cumplimentada, volvió a repetirse. Como entonces no lo fuese tampoco, bajó el Segundo al cañón de proa, donde el cabo Allegue, encargado del mismo, se disculpó, diciendo que no había disparado, porque... "no se distinguía bien el blanco". En aquel momento se comprobó que el buque no era el Xauen, y se ordenó "alto el fuego".

Pocos momentos después, aparecía el Xauen, y, al ver que llevaba enfundados los cañones, el Torpedero se le acercó, siguiendo con él viaje a La Coruña.

El cabo Díaz y el marinero Suárez de la dotación del Torpedero, infundieron sospechas al Comandante, razón por la cual éste, los hizo subir a cubierta para comunicarles una orden de la plaza, desarmándolos seguidamente. Esto levantó una viva protesta por parte del resto de la dotación, protesta que había de terminar con la detención del Primero y Segundo, en el momento mismo en que el Xauen abandonaba el puerto, pasando cerca del Torpedero, ya sin oficiales.

Inmediatamente el Torpedero levó también, haciendo rumbo a Ares en donde los sublevados pretendieron desembarcar a los dos oficiales detenidos, si bien, a petición de los mismos, lo hicieron luego en Puentedeume.

El 22 de julio regresó el Torpedero a Ferrol con su dotación, acompañado del Uad Martín y bajo el mando del segundo de este buque, pues los oficiales desembarcados en Puentedeume, no aceptaron volver a bordo del Torpedero, cuando a ello fueron invitados por la dotación, que enviara un bote a tierra para recogerlos.

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Texto procedente de la obra del canónigo de la Catedral de Santiago de Compostela, Revdo. P. D. Manuel Silva Ferreiro, Galicia y el Movimiento Nacional: paginas históricas, 1938.

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