viernes, 12 de marzo de 2010

Boiro: antecedentes

Antes del 14 de abril, no había en Boiro sociedades obreras como tampoco había republicanos. Aquellas nacieron con éstos, gestando en sí unos y otras el mismo vicio de origen: la falta de orientación.

Al fundarlas, no pensaron sus progenitores en la defensa de los intereses de una clase determinada, ni tampoco en la consolidación de un Régimen, ni menos en la defensa de un partido. ¡Qué les importaba, ni que entendían ellos de todo esto!

De lo que entendían, y sabían muy bien, y mucho les importaba era... de satisfacer venganzas personales, aprovechando para ello la oportunidad aquella que una mal entendida democracia les brindaba.

Bajo este signo aparece en Boiro la "Fraternidad", que además había de servir a su fundador Juan Somoza (a) "El Chono", para atraer a su comercio de ferretería y fragua mayor número de compradores que hubiera tenido, de no contar con el ascendiente que entre los suyos le daba la presidencia de la Sociedad.

Llevaba ésta una vida bastante lánguida a pesar de haberse afiliado ya a la U. G. T., hasta que llega un momento en que sus dirigentes creen haber encontrado el medio de levantarla y aumentar el cuadro de sus afiliados, en la oposición abierta que al cobro del impuesto de utilidades, decretado por el Ayuntamiento, hace la "Fraternidad". Con esto consigue que muchos labradores ingresen en sus filas, sin fijarse en que, los mismos que les alentaban y aconsejaban no pagasen, eran los primeros en satisfacer religiosamente sus recibos dentro del plazo legal, mientras ellos, los incautos, habían de verse luego obligados a pagarlos con el recargo correspondiente. Fueran a la Sociedad, creyendo que en ella podrían verse libres de este impuesto que para ellos representaba una de las principales cargas; pero, al ver anunciadas de embargo las fincas de los que se resistían al pago, conocieron que habían jugado con su buena fe, cundió entre ellos el desaliento y volvió la Sociedad a conocer días de mengua y decadencia, después de una corta etapa en que no le faltara ni la confianza de los suyos, ni el apoyo y atención de los principales dirigentes del Partido Socialista, ni los alentadores acentos revolucionarios de la Internacional, que con frecuencia cantaban sus afiliados.

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Texto procedente de la obra del canónigo de la Catedral de Santiago de Compostela, Revdo. P. D. Manuel Silva Ferreiro, Galicia y el Movimiento Nacional: paginas históricas, 1938.

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