martes, 30 de marzo de 2010

Mugardos

Municipio del Partido Judicial de Puentedeume, situado en una caleta al O. de la punta de Leiras en la orilla izquierda de la ría del Ferrol (con cuya ciudad sostienen los mugardeses constante relación, ya por servirles de plaza de comercio, ya porque en gran número acuden a ella en busca de trabajo) estaba, naturalmente, contaminado por las ideas socialistas, y participaba del ambiente revolucionario que en aquella ciudad se respiraba.

No es extraño, por consiguiente, que en Mugardos tropezase con dificultades e inconvenientes cualquier obra encaminada a cortar las demasías y atropellos de los Gobiernos marxistas, y a impedir el triunfo definitivo de la revolución en España.

Así fue. El Comité comunista, que en Mugardos actuaba desde la subida al poder del Frente Popular, y que estaba en relación constante con todos los partidos de izquierda (1), al enterarse el 18 de julio del levantamiento de las tropas de Franco, ordena la detención y encarcelamiento de las personas de orden (2), y hace acopio de armas y dinamita que manda transportar al Ayuntamiento, a donde convoca a los camaradas todos de Mugardos, Cervás y otras parroquias vecinas. Estos, acuden en tan gran número, que no es suficiente la casa consistorial para albergarlos, incautándose entonces los dirigentes del casino, que convierten en Cuartel general revolucionario.

Nada tenían ya que hacer los bolcheviques en Mugardos. Puestas a buen recaudo las personas de orden; aumentado su estoc de armas con las requisas a los vecinos y las recogidas en el Cuartel de la Guardia Civil (3) y, organizada con colchones y sacos terreros la defensa del Ayuntamiento contra una posible y temida acometida de la Artillería de guarnición en Montefaro, podían ya extender sus actividades a los contornos.

En efecto, la noche del 21 al 22, en manada de lobos hambrientos e intenciones de perros rabiosos, se lanzaron contra la casa que en la parroquia de Piñeiro habitaba el médico Sr. Otero con su familia, asesinando villanamente a un hijo de éste y al cura de Camouco que allí se había refugiado.

No satisfechos con esto, quisieron incendiar la casa y matar a todos sus habitantes; pero el cabo de Carabineros Eladio Ramos -que con otros dos números igualmente coaccionados por los revoltotos, figuraba en la patrulla de asaltantes- logró disuadirlos, con la promesa de que al día siguiente, toda aquella familia sería puesta en prisión. No hubo tiempo para ello, como ya lo suponía el cabo al hacer una promesa que no pensaba cumplir: al día siguiente, 22, conocido el triunfo del Ejército en Coruña y Ferrol, y ante el insistente rumor de que sobre Mugardos avanzaba una batería procedente de Montefaro, huyen los revolucionarios en distintas direcciones, dejando una bomba de 90 cartuchos colocada en el Puente del Baño que minaran con intención de cortar el paso a los artilleros, y otras varias, que tampoco llegaron a explotar, en diversos lugares del pueblo.

Nombrado Delegado de Orden Público D. Manuel Vázquez Fariña el día 23 de julio, inicia con la fuerza de Carabineros (única que quedaba en Mugardos pues la Guardia Civil se hallaba concentrada en Puentedeume) una labor de pacificación y limpieza, que había de continuar con el auxilio de la sección de Artillería que, al mando del Teniente D. Manuel López Sors, llegó el día 25 a Mugardos; encauza y normaliza la vida de todo el sector, y fomenta e impulsa las suscripciones patrióticas y la aportación de Mugardos al Movimiento Nacional, de cuya eficacia da idea, el hecho de que, ya en los primeros días, saliera de este pueblo para el frente de Villablino indicado por la División, un importante convoy de víveres.

(1) Formaban este Comité, entre otros: Juan Priero Balsa, Alcalde en funciones, el médico Eduardo Sánchez Fraga, Manuel Ríos Sordo, maquinista retirado de la Armada, y José Tenreiro Salgado, de I. Republicana.

(2) Repetía la proeza que hiciera ya el F. P. en el mes de abril, metiendo en la cárcel, como preparación de la Fiesta del Primero de Mayo, a varias personas de derecha, entra las que se hallaban tres señoras de la localidad, el abogado D. Manuel Pazos Valiña, y los Sres. Zárate Martínez, Lara Novo, García de Paredes, Cortizas Vilar, Vázquez Fariña, Gerpe Martínez, Fontán Cartelle, Zárate Deus y Borrás Torrado.

(3) Ante una orden escrita del Gobernador, les fueron entregadas las armas que en depósito tenía la Guardia Civil.

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Texto procedente de la obra del canónigo de la Catedral de Santiago de Compostela, Revdo. P. D. Manuel Silva Ferreiro, Galicia y el Movimiento Nacional: paginas históricas, 1938.

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