domingo, 14 de marzo de 2010

Boiro: hablan Unión Radio y Radio Sevilla. Fuerzas libertadoras

A un estado de desesperación verdaderamente insostenible había llegado las cosas en Boiro, cuando las emisoras de "Unión Radio" y "Radio Sevilla" vienen a anunciar a todos que había llegado el momento de jugarse la última carta.

Los socialistas actúan a plena luz. Se reúnen en el Ayuntamiento, allí toman acuerdos y de allí emanan las órdenes que a poco se ven convertidas en recogida de armas; asaltos a algunas casas de derechas; saqueos de comercios; incautación de aparatos de radio; fabricación de bombas en la Casa Ayuntamiento; empleo de las mismas contra la casa de D. Benigno López en Boiro y la de Sieira en Saltiño; asalto a la finca y casa del cura de Abanqueiro; cruzar constantemente de camiones cargados de gentes armadas; gritos, disparos, amenazas, etc. etc.

Los otros, los elementos de orden, se ven obligados en los primeros momentos a presenciar inactivos los más, los desmanes de sus enemigos.

La Guardia Civil acuartelada en espera de órdenes de sus Jefes, no podía, por el escaso número de sus componentes, oponerse abiertamente a los revoltosos.

Estos, el día 20 reciben del Gobernador de la Provincia orden de mandar a la Coruña hombres armados y... hombres tenían, pero les faltaban armas. Van a buscarlas al cuartel de la Guardia Civil, cuyo comandante se niega diciéndoles que no podía entregar las armas en custodia sin órdenes superiores, órdenes que no llegaron ni las cumplimentaría tampoco aun cuando llegasen, pues aquel mismo día hubo de salir con su fuerza y Guardia Civil de Puebla, Riveira, Rianjo y Padrón para Santiago, a donde llegaron todos sin novedad, valiéndose de la estratagema de levantar el puño a su paso por los pueblos en donde había grandes concentraciones de revolucionarios.

Durante seis días, a partir de esta fecha día 20, quedaron Boiro y su comarca a merced de los revoltosos, que aprovecharon el tiempo cometiendo la serie de tropelías ya reseñadas, y volando además el Puente-Beluso, sin que pudiesen hacer lo mismo con el Puente-Goyanes que tenían ya minado, por impedirlo la oportuna llegada de las fuerzas de Santiago, que se presentaron, no por donde las esperaban ellos, sino por la carretera de Noya el día 26 de julio.

Casi al mismo tiempo que en Boiro entraban las fuerzas libertadoras entre aplausos y vítores de los pacíficos moradores, de Cabo de Cruz salía un barco robado a su dueño Juan López Muíños, que conducía, fugitivos, a unos siete u ocho individuos de Boiro, entre ellos al maestro José Martínez Virel que entonces actuaba de Alcalde, a Ramón Somoza, Victoriano Somoza y Antonio Somoza hermanos e hijos del Chono, Antonio Lago, un tal Pena y otros. Todos estos debieron ser avisados por algún centinela o vigía que, apostado en la carretera de Noya, advirtió la llegada de las tropas, y mientras éstas limpiaban el camino de las barricadas que allí levantaran los rojos, tuvieron ellos tiempo de escaparse, dejando en tierra a los pobres desgraciados a quienes envenenaran con sus prédicas y consejos, para que ellos cargasen con el castigo de los verdaderos culpables.

Después del día 26, y en días sucesivos, hay que anotar pequeñas operaciones de pacificación y limpieza, organizadas por el delegado de orden público D. Bernardino López, que fue más tarde sustituido por D. Guillermo Torrado.

Ocho cabecillas, en fuga, ocho (desaparecidos), ocho en la cárcel de Boiro, y ocho en la de Santiago, eran, poco más o menos, a los tres meses del Movimiento, el balance en números que pudiéramos hacer del mismo en la comarca de Boiro.

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Texto procedente de la obra del canónigo de la Catedral de Santiago de Compostela, Revdo. P. D. Manuel Silva Ferreiro, Galicia y el Movimiento Nacional: paginas históricas, 1938.

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