martes, 18 de mayo de 2010

Becerreá

La población obrera de Becerreá se componía en casi su totalidad de trabajadores del campo, más reacios de ordinario a la sindicación, y menos expuestos de consiguiente al contagio de ideas socialistas y revolucionarias, tan de moda en nuestros tiempos entre los elementos constituidos en sociedades de trabajo.

Esto no quiere con todo decir, que los habitantes de la comarca estuviesen completamente limpios de la lepra bolchevique que corría por el suelo español. Lo que en ellos no hicieran las sociedades obreras, realizáronlo con creces los partidos políticos.

Estos, en su afán de hacer prosélitos, no dudaron en destrozar el alma ingenua de los trabajadores de la tierra, con criminales propagandas que halagaban sus apetitos, y la mentida promesa de que el triunfo de la doctrina marxista, implicaba respeto para los bienes que poseían, y acrecentamiento de los mismos, a expensas del despojo de que se haría víctima a las clases mejor acomodadas.

La droga así compuesta, gustó a una gran parte de la población campesina, que, de la noche a la mañana, se encontró envuelta entre las redes tendidas por uno u otro de los innumerables partidos constitutivos del F. P., al que ciegamente secundó, en la absurda intentona de oponerse al Movimiento Salvador de la Patria.

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Texto procedente de la obra del canónigo de la Catedral de Santiago de Compostela, Revdo. P. D. Manuel Silva Ferreiro, Galicia y el Movimiento Nacional: paginas históricas, 1938.

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