viernes, 21 de mayo de 2010

Zona de Valcárcel: estado social; sucesos de julio

Las gentes de este sector, estaban en una gran parte envenenadas por las predicaciones que en frecuentes mítines les sirvieran elementos destacados del marxismo, como D. Ramiro Armesto Presidente de la Diputación de León, que recorrió los pueblos de Balboa y Vega mitineando, y arrastrando en pos de sí a los labriegos, con las mentidas promesas de que "ya no pagarían las deudas" y "podrían disponer, como propias, de las tierras de los demás". Esto, unido a la influencia de la población minera que tenían cerca, hacía de los habitantes de Valcárcel, un elemento propicio a la revolución.

Sin embargo, nada anormal sucedió en Valcárcel hasta el día 20 de julio. Este día, el Alcalde de Vega de Valcárcel, José Castedo, ordena a sus subordinados, los pedáneos de los pueblos, que tocaran las campanas convocando a las gentes, e invitándolas para que se armasen. Esta orden fue rápidamente ejecutada, y al día siguiente, 21, más de un centenar de escopeteros recorren Vega, Ambasmestas, Quintela y Balboa, requisando armas con las que, en dos grandes camiones, se dirigen a Villafranca y Ponferrada, pueblos anteriormente señalados como zonas de concentración, capitaneados por el médico D. Rafael Marcos, y un estudiante de Vega llamado Felipe Álvarez.

No duró mucho sin embargo, la ausencia de tan buenos ciudadanos. Pocas horas después de haber salido, vuelven a Valcárcel con la intención acaso, de cortar en Ambasmestas a donde llegaron en número de 200, el avance de la columna "Manso", que saliera de Lugo en las primeras horas de la madrugada.

El glorioso Comandante D. Jesús Manso, que poco tiempo después había de dar su vida por la Patria en tierras castellanas, marchaba sobre Villafranca y Ponferrada al frente de dos compañías de fusileros, un pelotón de morteros y una sección de ametralladoras.

A los revolucionarios de Valcárcel, que, tal vez no esperaban tanta fuerza, avisados oportunamente por un espía de Vega, les faltó tiempo para ponerse en precipitada fuga, dejando el paso libre a las tropas de Manso, que continuaron a Villafranca, para liberar al pueblo aquel de la opresión roja que venía padeciendo desde el 18 de julio.

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Texto procedente de la obra del canónigo de la Catedral de Santiago de Compostela, Revdo. P. D. Manuel Silva Ferreiro, Galicia y el Movimiento Nacional: paginas históricas, 1938.

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