martes, 4 de mayo de 2010

Plan revolucionario: ¿Cómo se salvó Monforte?

No tenemos noticias exactas y completas de todo el plan de los revolucionarios de Monforte. Suponemos sería el desarrollado por los marxistas en aquellos pueblos de España que tuvieron la desgracia de pasar algún tiempo bajo su dominio.

Lo que sabemos es, que tenían en su poder y debidamente preparados, los más variados instrumentos de martirio: garfios de hierro en forma de anzuelo para desgarrar las carnes; punzones; uñas de metal, y cadalsos levantados ya en el depósito municipal, esperando todo ello, el momento de ser utilizado y experimentado en el crecidísimo número de personas (casi todas las que significaban algo en Monforte) incluidas ya de antemano en la lista negra de los condenados a muerte.

Al que conozca Monforte; al que sepa la decisiva influencia que desde tiempo atrás venían ejerciendo allí las sociedades obreras; al que considere la importancia de sus componentes, no sólo por el número sino también por la calidad; al que haya vivido en Monforte los últimos tiempos anteriores al Movimiento de julio, o simplemente haya escuchado el relato de las vejaciones, insultos y amenazas de que era objeto toda persona decente, tiene necesariamente que extrañarle la falta de resistencia observada en julio en la masa revolucionaria, la total ausencia de actos de sabotaje y delitos de mayor cuantía, y la facilidad en fin, con que los dueños de la calle, abandonaron el campo y se dieron a la fuga. Extrañeza que necesariamente habrá de manifestarse en esta parecidas palabras: ¿Cómo se salvó Monforte?

Nosotros, colocados claro está en el terreno puramente humano, nos hicimos desde él la misma pregunta y, prescindiendo de la desbandada de los primeros momentos -que atribuimos única y exclusivamente a la cobardía, unida si acaso a la falta de conocimiento exacto de la fuerza contraria- creemos sinceramente que Monforte se salvó de los efectos de una sangrienta reacción, merced a las fuerzas organizadas por el propietario y abogado don Andrés Gil Municio; a la "Sociedad Agraria de Lemus" afecta en política al desventurado Martínez de Velasco, y a los campesinos aquellos que, desde los primeros momentos, dejaron su familia y la tranquilidad de su aldea, para acudir en socorro de la ciudad amenazada.

**********

Texto procedente de la obra del canónigo de la Catedral de Santiago de Compostela, Revdo. P. D. Manuel Silva Ferreiro, Galicia y el Movimiento Nacional: paginas históricas, 1938.

No hay comentarios: