La comarca del Barco de Valdeorras, con los pueblos limítrofes, Villamartín, la Rúa y otros, estaba, en parte muy importante, maleada por ideas revolucionarias, que procuraban extender por todo el sector aquel, D. Manuel Blanco Pascual y su lugarteniente D. Abdón Blanco (1), directivos principales de una sociedad comunista, integrada por más de 800 afiliados del Barco y sus contornos.
Los más avanzados elementos de esta sociedad, apelaban con frecuencia a la amenaza y hasta llegaron al asesinato (2) en la conquista de prosélitos. Fueron ellos, con Blanco Pascual y Abdón Blanco a la cabeza, los que organizaron, mantuvieron y llevaron a cabo la resistencia toda, que en aquellas tierras encontró el Movimiento Salvador de la Patria, y que hubo de manifestarse en los hechos siguientes:
El lunes, 20 de julio, los dirigentes de la sociedad, constituidos en Comité revolucionario, convocaron al pueblo entero a una reunión que había de celebrarse en el Ayuntamiento, "para buscar remedio -decían ellos- a las alteraciones del orden público, que ya en la calle se manifestaron".
Ninguna persona decente se tragó el anzuelo, y a la reunión, asistieron tan sólo los incondicionales de D. "Pascual", que en número de 30, salieron armados ya de la Casa-Consistorial, recorriendo el pueblo en plan de desafío y aire por demás provocativo.
Por la noche de este mismo día bajaron los sindicados de los pueblos limítrofes, refuerzo de seiscientos hombres que recibieron los revoltosos del Barco.
Dueños absolutos del pueblo (3), aparecieron a las ocho de la mañana del día 21 transformados en guardia roja, dispuesta a obrar caprichosamente e imponer su voluntad a los demás. Así, encierran al Juez de 1ª Instancia, y pasean por las calles (y con gran peligro de su vida) al Juez Municipal, por no haber accedido estos a entregar las armas, pruebas de delitos, que bajo su custodia tenían en el Juzgado; abren las puertas de la cárcel poniendo en libertad a los presos, y en su intento de asalto a la Casa-Cuartel, hacen explotar dos bombas, que si no causan daños importantes, consiguen alarmar más y más al vecindario.
El Gobernador Militar de Orense, enterado de la existencia de focos rebeldes en Villamartín (4) y el Barco de Valdeorras, ordenó que salieran a sofocarlos las fuerzas de la Guardia Civil concentradas en la Rúa. Salieron éstas el 21 por la tarde en columna motorizada compuesta de cuarenta Guardias y varios paisanos armados, y llegan sin novedad hasta las inmediaciones del pueblo de Villamartín. Pero allí, en el k. 56 de la carretera de Ponferrada a Orense, habían concentrado los rojos una gran parte de sus milicias que, emboscadas en las inmediaciones de la carretera, esperaron el paso de la columna, sobre la que hicieron una descarga cerrada, matando al guardia Belarmino León Fernández, e hiriendo al Cabo Domínguez Vispo y al guardia Rodríguez Estévez.
La columna, repelida la agresión y detenidos algunos de los emboscados (los que anduvieron menos listos para escapar, cometida la hazaña) continuó su marcha, llegando, avanzada ya la tarde, al Barco, en donde, detenido el Alcalde y pacificado el pueblo, fue objeto de la más entusiasta y delirante acogida por parte del vecindario honrado. El otro, o estaba en la cárcel ocupando el lugar de los fascistas puestos en libertad a poco de haber llegado las fuerzas, o corría despavorido vía Ponferrada, en busca del calor y alientos de los mineros asturianos.
El Barco, con sus 6.080 habitantes, víctima durante algunos días de las fuerzas de la revolución, fue bien pronto modelo de organizaciones antirrevolucionarias. D. Eugenio Bustillo organizando la Falange, D. José del Barrio movilizando la J. A. P., y creando D. Jerónimo Válcárcel los caballeros de Santiago, dieron a la causa de España en el Barco, en término de dos meses, un total de más de trescientos hombres perfectamente disciplinados, y con un elevado espíritu patriótico, que enaltece ciertamente a los organizados, al mismo tiempo que honra a los organizadores.
(1) Alcalde del Frente Popular en el Barco.
(2) Por fascista, y no querer sindicarse, asesinaron vilmente a un criado del Juez Municipal, D. Francisco de la Barrera.
(3) La Guardia Civil había sido llamada para el puente de Petín.
Texto procedente de la obra del canónigo de la Catedral de Santiago de Compostela, Revdo. P. D. Manuel Silva Ferreiro, Galicia y el Movimiento Nacional: paginas históricas, 1938.
Los más avanzados elementos de esta sociedad, apelaban con frecuencia a la amenaza y hasta llegaron al asesinato (2) en la conquista de prosélitos. Fueron ellos, con Blanco Pascual y Abdón Blanco a la cabeza, los que organizaron, mantuvieron y llevaron a cabo la resistencia toda, que en aquellas tierras encontró el Movimiento Salvador de la Patria, y que hubo de manifestarse en los hechos siguientes:
El lunes, 20 de julio, los dirigentes de la sociedad, constituidos en Comité revolucionario, convocaron al pueblo entero a una reunión que había de celebrarse en el Ayuntamiento, "para buscar remedio -decían ellos- a las alteraciones del orden público, que ya en la calle se manifestaron".
Ninguna persona decente se tragó el anzuelo, y a la reunión, asistieron tan sólo los incondicionales de D. "Pascual", que en número de 30, salieron armados ya de la Casa-Consistorial, recorriendo el pueblo en plan de desafío y aire por demás provocativo.
Por la noche de este mismo día bajaron los sindicados de los pueblos limítrofes, refuerzo de seiscientos hombres que recibieron los revoltosos del Barco.
Dueños absolutos del pueblo (3), aparecieron a las ocho de la mañana del día 21 transformados en guardia roja, dispuesta a obrar caprichosamente e imponer su voluntad a los demás. Así, encierran al Juez de 1ª Instancia, y pasean por las calles (y con gran peligro de su vida) al Juez Municipal, por no haber accedido estos a entregar las armas, pruebas de delitos, que bajo su custodia tenían en el Juzgado; abren las puertas de la cárcel poniendo en libertad a los presos, y en su intento de asalto a la Casa-Cuartel, hacen explotar dos bombas, que si no causan daños importantes, consiguen alarmar más y más al vecindario.
El Gobernador Militar de Orense, enterado de la existencia de focos rebeldes en Villamartín (4) y el Barco de Valdeorras, ordenó que salieran a sofocarlos las fuerzas de la Guardia Civil concentradas en la Rúa. Salieron éstas el 21 por la tarde en columna motorizada compuesta de cuarenta Guardias y varios paisanos armados, y llegan sin novedad hasta las inmediaciones del pueblo de Villamartín. Pero allí, en el k. 56 de la carretera de Ponferrada a Orense, habían concentrado los rojos una gran parte de sus milicias que, emboscadas en las inmediaciones de la carretera, esperaron el paso de la columna, sobre la que hicieron una descarga cerrada, matando al guardia Belarmino León Fernández, e hiriendo al Cabo Domínguez Vispo y al guardia Rodríguez Estévez.
La columna, repelida la agresión y detenidos algunos de los emboscados (los que anduvieron menos listos para escapar, cometida la hazaña) continuó su marcha, llegando, avanzada ya la tarde, al Barco, en donde, detenido el Alcalde y pacificado el pueblo, fue objeto de la más entusiasta y delirante acogida por parte del vecindario honrado. El otro, o estaba en la cárcel ocupando el lugar de los fascistas puestos en libertad a poco de haber llegado las fuerzas, o corría despavorido vía Ponferrada, en busca del calor y alientos de los mineros asturianos.
El Barco, con sus 6.080 habitantes, víctima durante algunos días de las fuerzas de la revolución, fue bien pronto modelo de organizaciones antirrevolucionarias. D. Eugenio Bustillo organizando la Falange, D. José del Barrio movilizando la J. A. P., y creando D. Jerónimo Válcárcel los caballeros de Santiago, dieron a la causa de España en el Barco, en término de dos meses, un total de más de trescientos hombres perfectamente disciplinados, y con un elevado espíritu patriótico, que enaltece ciertamente a los organizados, al mismo tiempo que honra a los organizadores.
(1) Alcalde del Frente Popular en el Barco.
(2) Por fascista, y no querer sindicarse, asesinaron vilmente a un criado del Juez Municipal, D. Francisco de la Barrera.
(3) La Guardia Civil había sido llamada para el puente de Petín.
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Texto procedente de la obra del canónigo de la Catedral de Santiago de Compostela, Revdo. P. D. Manuel Silva Ferreiro, Galicia y el Movimiento Nacional: paginas históricas, 1938.
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