sábado, 5 de junio de 2010

La Gudiña

Convertida desde hacía algunos años la Gudiña en importante centro obrero -debido a las obras del ferrocarril en construcción Zamora-Orense-Santiago- presenciara ya, antes de julio último, algunos conflictos sociales cuyo desarrollo, no siempre pacífico, daba idea de como habría de comportarse el elemento trabajador, en un caso de verdadera revolución.

Esto, unido a la propaganda sovietizante que en la comarca venía desarrollando el ex-alcalde Felicísimo Pérez Ortega, secundado eficazmente por el Sargento de Carabineros -que se entretenía en enseñar la instrucción militar a los obreros (milicias marxistas) aprovechando todos los momentos de que aquellos podían disponer- unido además a que casi todos los carabineros de la comarca (1) (puestos de Gudiña, Mezquita, Barja, Cádavos y Castromil de Galicia) estaban contagiados del virus revolucionario que les inyectaran el "Heraldo" y otros periódicos por el estilo, lectura predilecta del Cuerpo en España, hacía temer, no sin razón, que todo movimiento encaminado a restablecer el orden y salvar a España, había de encontrar oposición y seria resistencia en La Gudiña y sus contornos.

No fue por tanto una sorpresa para nadie, ver a los elementos revolucionarios de la comarca (declarados en franca rebeldía ante el gesto redentor y viril del Ejército Español) recorriendo los pueblos en plan de dueños y señores de vidas y haciendas, y cometiendo toda clase de tropelías, hasta el punto de tener completamente aterrorizados a los pacíficos habitantes.

La Comandancia Militar de Orense, conocedora de lo que pasaba en La Gudiña aún después de haber sido declarado el Estado de Guerra en la provincia, dispone la salida de una columna que, formada por la Guardia Civil, Carabineros, Asalto y Falange, avanza, mandada por el Capitán de la Guardia Civil Sr. Ros, sobre La Gudiña, en cuyo pueblo entra el 25 de julio, sin gran resistencia por parte de los revoltosos, que en gran parte habían huido una vez destrozadas las centrales telegráfica y telefónica, y después de haber asaltado la Casa de Correos.

Detenidos en La Gudiña, después de ligero tiroteo, Francisco Domínguez, José Novilla Lorenzo y Joaquín Salgado López revolucionarios de significación, destacó el Capitán Ros patrullas de reconocimiento sobre Villavieja y Viana del Bollo.

Estas fuerzas, encontraron en su camino cortada la carretera entre Villavieja y Pereiro, con la voladura de un puente que, como el de San Lorenzo entre Gudiña y las Ventas, había sido destruido por la dinamita; y cuando los soldados procedían al arreglo provisional de los desperfectos que impedían la marcha, fueron violentamente agredidos por cobardes emboscados, que, en vez de llevarse la victoria que esperaban, hubieron de dejar en poder de los soldados, dos heridos y cinco prisioneros, pertenecientes algunos de ellos a la familia "Hijos de mi alma".

La columna Ros, pacificada la comarca, regresó a su base con un importante botín de armas, bombas y dinamita, que, en grandes cantidades, tenían los rojos de La Gudiña, en el Ayuntamiento y Casa del Pueblo.

(1) Única fuerza armada de La Gudiña.

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Texto procedente de la obra del canónigo de la Catedral de Santiago de Compostela, Revdo. P. D. Manuel Silva Ferreiro, Galicia y el Movimiento Nacional: paginas históricas, 1938.

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