En la noche del 19, una comisión de oficiales artilleros, y marinos que llegaran del Polígono, comparece ante el Coronel del Regimiento, recabando de él órdenes para salir a la calle.
-Vean Vdes. al General, que yo no soy el jefe.
-Y... ¿si él no saliese, saldría Vd.?
-¿...? (1)
Vieron luego al General, que terminó diciendo que él "no sacaría las tropas a la calle, mientras no tuviese órdenes de la División".
Esta contestación, que parecía natural y lógica, y que era desde luego clara y terminante, dio motivo a una escena en la que no faltó capítulo de ruegos, frases y reflexiones, agotado el cual, determinó la oficialidad enviar inmediatamente a La Coruña, agentes de enlace que gestionasen una solución.
Aquella misma noche salían el Capitán Sánchez Cantón y el Oficial de la Junta de Obras del Puerto con dirección a La Coruña, a donde no habían de llegar. Tiroteados en Caldas de Reyes, y avisados por el Alcalde de aquella Villa de que toda la carretera hasta Santiago estaba tomada por elementos revolucionarios, que tenían órdenes expresas de disparar sin previo aviso, regresaron a Pontevedra, sin haber podido dar cima a su misión.
¡No fue este el último fracaso en las nobles y patrióticas intenciones de los Artilleros durante aquella interminable noche del 19 de julio!
Dejamos dicho atrás, que a la permanente de la Casa del Pueblo asistían también algunos Sargentos de Artillería. Sabido esto por los Oficiales, acuerdan proceder a su detención, para lo cual avisan al Capitán de la G. C. Sr. Bernal, diciéndole, pasarían a recogerle unos Oficiales, para que les acompañase en este servicio. ¡Las cosas se complicaron, y el servicio no llegó a realizarse!
Además, a eso de las diez de la noche, un artillero, hijo de un Guardia Civil, se presentó a Bernal enterándole de conversaciones oídas en el destacamento de Campolongo, por las que se deducía, que algunas clases trataban de insubordinar a la fuerza.
-Vete corriendo al Cuartel de Artillería -dícele Bernal- y da conocimiento de todo eso a tus jefes.
¡El artillero no cumplió lo mandado!: ¡un cabo de la misma arma, con estratagemas y ardides, le retuvo el tiempo necesario para que la información no fuese recibida la noche aquella en Artillería!
¡Noche del 19 de julio!... ¡Noche de contrariedades, intranquilidad y sobresalto para la Oficialidad de Artillería, y para todos los patriotas de Pontevedra!
(1) Omitimos la contestación del Coronel, por no ser indispensable en nuestra narración.
Texto procedente de la obra del canónigo de la Catedral de Santiago de Compostela, Revdo. P. D. Manuel Silva Ferreiro, Galicia y el Movimiento Nacional: paginas históricas, 1938.
-Vean Vdes. al General, que yo no soy el jefe.
-Y... ¿si él no saliese, saldría Vd.?
-¿...? (1)
Vieron luego al General, que terminó diciendo que él "no sacaría las tropas a la calle, mientras no tuviese órdenes de la División".
Esta contestación, que parecía natural y lógica, y que era desde luego clara y terminante, dio motivo a una escena en la que no faltó capítulo de ruegos, frases y reflexiones, agotado el cual, determinó la oficialidad enviar inmediatamente a La Coruña, agentes de enlace que gestionasen una solución.
Aquella misma noche salían el Capitán Sánchez Cantón y el Oficial de la Junta de Obras del Puerto con dirección a La Coruña, a donde no habían de llegar. Tiroteados en Caldas de Reyes, y avisados por el Alcalde de aquella Villa de que toda la carretera hasta Santiago estaba tomada por elementos revolucionarios, que tenían órdenes expresas de disparar sin previo aviso, regresaron a Pontevedra, sin haber podido dar cima a su misión.
¡No fue este el último fracaso en las nobles y patrióticas intenciones de los Artilleros durante aquella interminable noche del 19 de julio!
Dejamos dicho atrás, que a la permanente de la Casa del Pueblo asistían también algunos Sargentos de Artillería. Sabido esto por los Oficiales, acuerdan proceder a su detención, para lo cual avisan al Capitán de la G. C. Sr. Bernal, diciéndole, pasarían a recogerle unos Oficiales, para que les acompañase en este servicio. ¡Las cosas se complicaron, y el servicio no llegó a realizarse!
Además, a eso de las diez de la noche, un artillero, hijo de un Guardia Civil, se presentó a Bernal enterándole de conversaciones oídas en el destacamento de Campolongo, por las que se deducía, que algunas clases trataban de insubordinar a la fuerza.
-Vete corriendo al Cuartel de Artillería -dícele Bernal- y da conocimiento de todo eso a tus jefes.
¡El artillero no cumplió lo mandado!: ¡un cabo de la misma arma, con estratagemas y ardides, le retuvo el tiempo necesario para que la información no fuese recibida la noche aquella en Artillería!
¡Noche del 19 de julio!... ¡Noche de contrariedades, intranquilidad y sobresalto para la Oficialidad de Artillería, y para todos los patriotas de Pontevedra!
(1) Omitimos la contestación del Coronel, por no ser indispensable en nuestra narración.
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Texto procedente de la obra del canónigo de la Catedral de Santiago de Compostela, Revdo. P. D. Manuel Silva Ferreiro, Galicia y el Movimiento Nacional: paginas históricas, 1938.
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