sábado, 19 de junio de 2010

Tranquilidad en Pontevedra

Publicado el Bando de Guerra junto a la casa de la Villa, siguieron los artilleros por la calle de Michelena hasta la Peregrina, lugar de la segunda publicación, y de allí, por la calle de la Oliva, a la Plaza de San José, sin otros incidentes que los repetidos paqueos de los cobardes que, no atreviéndose a dar la cara, buscaban la sombra de alguna buhardilla o esquinal para impunemente, castigar a los soldados.

Leído por tercera vez el Bando en la Plaza de San José, regresan las fuerzas por la calle de Riestra al cuartel, a donde llegan a media noche, dejando aseguradas las bocacalles, el jardín de las palmeras y los centros todos oficiales: correos, telégrafos, teléfonos, etc.

Puede decirse, que en el decurso de cinco horas quedó totalmente dominada la ciudad, no oyéndose más que algunos tiros sueltos, durante el resto de la noche y los dos días siguientes.

No se concibe -sin una especial protección de Dios- que un puñado de hombres sometieran y dominaran, en tan poco tiempo, al numerosísimo rebaño de inconscientes llegados de todos los pueblos de la provincia, aún los más distantes, a engrosar las filas de los marxistas pontevedreses.

Nos cuenta el Capitán Sánchez Cantón que, en los días aquellos de inminentes peligros y general zozobra, había visto muchas veces clara y manifiesta la protección de Dios; "y la primera fue (nos dice) en el momento mismo en que salimos del Cuartel para declarar el Estado de Guerra".

No bien la batería pusiera los pies en la calle, cuando se ve acometida por los rojos que, al tiempo mismo que hacen fuego contra ella, le arrojan desde un kiosco situado frente al cuartel, una bomba que, de no haberse visto detenida en su camino por la rama de un árbol, hubiera llegado seguramente al cuadro de mando de la batería a donde iba dirigida. Los cuatro oficiales que en él figuraban, se salvaron así de una muerte segura, que en aquellos momentos sería de consecuencias irreparables, desbaratando por completo el triunfo del Movimiento en Pontevedra, y privando a la Causa de la inmediata y valiosísima aportación de una gran parte de la provincia.

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Texto procedente de la obra del canónigo de la Catedral de Santiago de Compostela, Revdo. P. D. Manuel Silva Ferreiro, Galicia y el Movimiento Nacional: paginas históricas, 1938.

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