Verín, con sus 6.000 habitantes, era acaso entre los pueblos fronterizos de la provincia, el que contaba con mayores núcleos de significación derechista, a pesar de recibir las influencias de una extensa zona atravesada por la línea del ferrocarril en construcción Zamora-Orense-Santiago, en la que imperaban las sociedades obreras afectas a la C. N. T., algunas de matiz Ugetista, Juventudes libertarias y centros comunistas.
Con todo, ni estas organizaciones lograron nunca convertir en feudo propio al pueblo de Verín; ni consiguieron tampoco inclinarlo a la izquierda, las activas propagandas de la media docena de panegiristas con que la revolución contaba en la Villa.
Fernando Gordón (1), Administrador de Aduanas, Ramón Fuentes, Sergio Romero y Manuel García Becerra, consiguieron sí -apoyados por las autoridades del F. P. y escudados por gran parte de los obreros de casa y la totalidad de los del sector Gudiña, Villar de Barrio, Corrichouso, Vega de las Meás en Villar de Bós, etc. etc.- mantener la población en intranquilidad constante durante los últimos tiempos, y dar al ambiente un sabor de peligro próximo y amenaza desconocida, que afectaba ciertamente a todos, pero que sólo hacía flaquear a los incontrolables (2), que en número crecido existían en Verín también.
De lo dicho, fácilmente se desprende, que en Verín, los elementos revolucionarios eran los menos; y si a esto se añade que su acción estaba constantemente vigilada y era en gran parte contrarrestada por la Falange -en la que se destacaban, antes ya del movimiento, Fernando Salgueiro, Juan Otero, Enrique Pazos, y José Taboada- habremos descubierto a nuestros lectores, el aspecto social de Verín en julio de 1936.
(1) Este sujeto, a las trece horas del 20 de julio, en el momento en que se iba a declarar el Estado de Guerra en Orense, salió, en compañía de Manuel Gómez del Valle, al cruce de las carreteras de Verín y Celanova y, pistola en mano, obligó a Fernando Virgós Pintos, que por allí pasaba en su coche, los condujera a Verín. Durante el trayecto fueron excitando a la rebelión y dando mítines en los pueblos intermedios, en Sejalvo sobre todo en donde tuvieron que detenerse a causa de un pinchazo. Fueron detenidos en Ginzo de Limia.
(2) Veletas de la política.
Texto procedente de la obra del canónigo de la Catedral de Santiago de Compostela, Revdo. P. D. Manuel Silva Ferreiro, Galicia y el Movimiento Nacional: paginas históricas, 1938.
Con todo, ni estas organizaciones lograron nunca convertir en feudo propio al pueblo de Verín; ni consiguieron tampoco inclinarlo a la izquierda, las activas propagandas de la media docena de panegiristas con que la revolución contaba en la Villa.
Fernando Gordón (1), Administrador de Aduanas, Ramón Fuentes, Sergio Romero y Manuel García Becerra, consiguieron sí -apoyados por las autoridades del F. P. y escudados por gran parte de los obreros de casa y la totalidad de los del sector Gudiña, Villar de Barrio, Corrichouso, Vega de las Meás en Villar de Bós, etc. etc.- mantener la población en intranquilidad constante durante los últimos tiempos, y dar al ambiente un sabor de peligro próximo y amenaza desconocida, que afectaba ciertamente a todos, pero que sólo hacía flaquear a los incontrolables (2), que en número crecido existían en Verín también.
De lo dicho, fácilmente se desprende, que en Verín, los elementos revolucionarios eran los menos; y si a esto se añade que su acción estaba constantemente vigilada y era en gran parte contrarrestada por la Falange -en la que se destacaban, antes ya del movimiento, Fernando Salgueiro, Juan Otero, Enrique Pazos, y José Taboada- habremos descubierto a nuestros lectores, el aspecto social de Verín en julio de 1936.
(1) Este sujeto, a las trece horas del 20 de julio, en el momento en que se iba a declarar el Estado de Guerra en Orense, salió, en compañía de Manuel Gómez del Valle, al cruce de las carreteras de Verín y Celanova y, pistola en mano, obligó a Fernando Virgós Pintos, que por allí pasaba en su coche, los condujera a Verín. Durante el trayecto fueron excitando a la rebelión y dando mítines en los pueblos intermedios, en Sejalvo sobre todo en donde tuvieron que detenerse a causa de un pinchazo. Fueron detenidos en Ginzo de Limia.
(2) Veletas de la política.
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Texto procedente de la obra del canónigo de la Catedral de Santiago de Compostela, Revdo. P. D. Manuel Silva Ferreiro, Galicia y el Movimiento Nacional: paginas históricas, 1938.
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