lunes, 7 de junio de 2010

Verín: sucesos de julio

Comenzaron éstos el día 20. A las dos de la tarde de este día, los obreros de la localidad, obedeciendo un mandato de sus dirigentes, acuden a los lugares convenidos, para hacerse cargo de la escopeta o la pistola que ponían en sus manos.

Unas horas más tarde, cada uno ocupaba ya el puesto que le había sido designado en los puntos considerados como estratégicos por el mando, a fin de facilitar, y defender contra cualquier posible contingencia, la entrada en el pueblo de los 800 hombres que se esperaban procedentes de las obras de la vía férrea, quienes, se decía, venían sobre Verín con objeto de asesinar a varias familias de significación derechista (1).

No pudieron llevar a cabo sus criminales propósitos, ya porque los refuerzos esperados, perseguidos en Maceda y pueblos comarcanos por la columna "Navas", pensaron más en huir al monte que en cumplir los compromisos contraídos con los revolucionarios de Verín; ya porque éstos, en número de 300, no se atrevieron por sí solos a intentar nada que pudiese originar un choque con la Guardia Civil; o ya finalmente, porque el socorro pedido a Orense por el Sargento comandante de estas fuerzas en Verín, no se hizo esperar.

El día 23, entraba en Verín el Capitán Ros, del Benemérito Instituto, al frente de 60 o 70 hombres, sin encontrar resistencia alguna en el pueblo, ni por parte de los revoltosos que huyen a presencia de la fuerza, ni por parte de los Carabineros (2), que visiblemente reaccionan ante las palabras de exaltación patriótica que les dirige el Capitán jefe de la expedición (3); ni mucho menos por parte de la masa general de los habitantes de Verín, que reciben con júbilo inmenso a los soldados y bravos muchachos que, desde un principio, se lanzaron a una empresa ardua y difícil, empresa que habían de continuar luego, sin manifestar nunca señal alguna de cansancio.

A partir de este momento, Verín sigue la ruta de los demás pueblos de Galicia. La Falange, respondiendo al entusiasmo de Celso Conde y Senén González Valiñas, inicia una era de esplendor que aumenta de día en día; Ricardo Cid Toubes obtiene resonantes triunfos en la formación y recluta de Requetés; la Milicia "Caballeros de Santiago" bajo la jefatura del Notario de la Villa, D. Luis Conde, adquiere bien pronto patente de modelo indiscutible de patriotismo y disciplina, y las señoritas Mercedes García Velasco y Dolores Cid Toubes, consagran todos sus desvelos a la formación de "Margaritas", llamadas a prestar grandes servicios en la gloriosa cruzada de la salvación de España.

(1) Setenta y cuatro nada menos habían incluido en sus listas negras, encabezadas todas ellos por la R. Comunidad de Religiosos allí existente.

(2) Eran unos 80 los concentrados en Verín.

(3) Llevaba este consigo, como en rehenes, un Comandante de Carabineros que no era "de los nuestros", para que su presencia entre los hombres de Capitán Ros, influyese, caso necesario, en la decisión de los Carabineros que fuesen "de los suyos".

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Texto procedente de la obra del canónigo de la Catedral de Santiago de Compostela, Revdo. P. D. Manuel Silva Ferreiro, Galicia y el Movimiento Nacional: paginas históricas, 1938.

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