domingo, 11 de julio de 2010

Ayuntamiento de Mos

Muy cercanos los pueblos de este Ayuntamiento a Porriño y Redondela, comparten las notas características de un y otro, tanto en el aspecto social, como en el desarrollo de los acontecimientos.

De especial, hemos de anotar la existencia en Mos de una organización de carácter socialista, titulada "Aserraderos de Mos", cuyos elementos ayudan indistintamente (en los días del Movimiento) a los revoltosos de Porriño y a los de Redondela.

El hecho más saliente de aquellos días en el municipio de Mos, es sin duda alguna lo ocurrido al párroco de Sajamonde.

A la Rectoral de Sajamonde llegón un día un grupo de revoltosos, compuesto de elementos de Porriño, Mos y Redondela, con órdenes expresas de matar al Párroco.

En el grupo figuraba un individuo que, en un momento de generosidad, determinó salvar al pobre señor aquel, condenado a pagar con su vida faltas que no había cometido. Al efecto, valiéndose del ascendiente que le daba sobre sus camaradas el haber pasado una larga temporada en Rusia, les ordenó esperasen a la puerta, mientras él entraba para hacer la detención del Párroco. Ya en presencia de éste, le enteró de la misión que llevaban, añadiendo:

-"A Vd. no le va a pasar nada. Yo voy a hacer un disparo; usted se tira al suelo procurando hacer el mayor ruido posible, y... aquí ha terminado todo".

Saca la browing; dispara; los que estaban a la puerta perciben claramente un ruido semejante al que puede producir el desplome de un cuerpo muerto, y ven a poco al iniciado soviético que, con paso triunfal y aparentando un continente sombrío, sale de aquella casa en donde, lejos de hacerse cometido el proyectado asesinato, acaba de tener lugar la acción más bella, noble y generosa de que puede ser capaz un corazón revolucionario (1).

Eran elementos muy significados en Mos: Ángel Campo Vázquez, Plácido Blanco Pérez, Aurelio Souto Vázquez y Jesús Fernández, anarquistas casi todos ellos, y pertenecientes todos, al números de los que en el monte buscaron asilo, una vez fracasado el intento de oponerse a la marcha victoriosa de las fuerzas del Ejército.

(1) Creemos recordar que, caído más tarde este sujeto en poder de la justicia, invocó el hecho que acabamos de relatar, al que (debidamente comprobado) debe la vida en el momento en que escribimos estos sucesos.

**********

Texto procedente de la obra del canónigo de la Catedral de Santiago de Compostela, Revdo. P. D. Manuel Silva Ferreiro, Galicia y el Movimiento Nacional: paginas históricas, 1938.

No hay comentarios: