martes, 6 de julio de 2010

Vigo: detención de dirigentes

Desbaratada la chusma revolucionaria en la Puerta del Sol, se concentró gran parte de ella en la Casa del Pueblo situada en la calle de García Barbón, donde los rojos habían construido algunas barricadas sirviéndose de los adoquines que días antes levantaran allí los obreros, a pretexto de hacer obras de pavimentación, pero, con intenciones sin duda -por la inusitada actividad que en el trabajo desplegaron- de servirse de aquellos materiales para sus fines de resistencia.

A tomar estas barricadas y la Casa del Pueblo salió, momentos después de declarado el Estado de Guerra, la 2ª Compañía alojada en el Cuartel del Castro, con una sección de ametralladoras. Ninguna resistencia encontraron estas fuerzas en las barricadas, tras las cuales no vieron... ni la sombra siquiera de los defensores.

Tampoco de la Casa del Pueblo hicieron los fugitivos una defensa seria.

Batida la fachada principal por una ametralladora colocada en la parte alta de la calle de Alfonso XIII, no supieron sus numerosos ocupantes resistir la primera embestida de las tropas del Ejército, ante las cuales huyen despavoridos los marxistas, buscando la salida, incluso por las ventanas del edificio, camino acaso tan peligroso, pero más corto (1).

El Ayuntamiento fue igualmente tomado sin resistencia, y fue en él donde se hizo la más importante redada de elementos extremistas: El Alcalde y todos los dirigentes del partido socialista, como eran los hermanos Bilbatúa, el diputado socialista Seoane y otros, fueron allí detenidos, juzgados sumarísimamente, y fusilados más tarde.

A partir de la noche de este primer día de la nueva España en Vigo, empezó, desde los tejados de las casas situadas en el centro de la población e inmediaciones de los cuarteles, un tiroteo, que continuó aún después de organizados en el interior de la población y en las bocacalles de acceso a la misma los servicios de protección y vigilancia con soldados, Guardia Civil, Guardias de Asalto y Milicias armadas con mosquetones y pistolas que el Regimiento tenía en depósito.

Fue este tiroteo (muy intermitente pero sistemático), la única señal de vida que en el casco de la población dieron los rojos a partir del día 20 (2). Estos, viendo fracasado el movimiento dentro de la ciudad, se corrieron a las barriadas extremas, haciéndose fuertes de un modo especial en la de Lavadores y el Calvario, en las que fueron ampliamente batidos, como más adelante veremos.

(1) Dícese, que esntre los que de modo tan valiente salieron de la Casa del Pueblo, estaba también la célebre "Calesa", jefe de una célula comunista y vendedora de de lotería, que hacía gala de sus ideas llevando constantemente blusa roja.

(2) A la cuarta o quinta noche habían desaparecido también los "pacos" merced a las eficaces batidas dadas por los jóvenes de "Falange", que sorprendieron e hirieron de muerte a unos cuantos.

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Texto procedente de la obra del canónigo de la Catedral de Santiago de Compostela, Revdo. P. D. Manuel Silva Ferreiro, Galicia y el Movimiento Nacional: paginas históricas, 1938.

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