lunes, 12 de julio de 2010

Puenteareas

En Distrito de Puenteareas con sus 15.000 habitantes, tenía un matiz marcadamente derechista, que no logró desvirtuar el tan decantado triunfo del Frente Popular, fruto de la brutal imposición del más osado sobre el más fuerte. Aumentó sí, el número de afiliados a las organizaciones de izquierda que llevaban por nombre "Juventud Socialista" y "Agrupación Socialista", pero nunca en una proporción tal, que su crecimiento llegase a inquietar, ni perturbar en lo más mínimo, el orden y paz social de que disfrutaban los moradores de este sector de la provincia.

Hasta el día 20 de julio, puede decirse que nada anormal pasó en Puenteareas, en donde las noticias del alzamiento de Franco fueron recibidas con casi unánime satisfacción. Sólo el elemento Ugetista, pequeño en proporción, mostró cierta frialdad en un principio, que más tarde, el día 20, hubo de transformar en protesta callejera, acompañada de gritos, puños en alto y ridículos desfiles de inofensivos pistoleros e improvisados cazadores.

A las cuatro de la tarde de este día, el Gobernador llamaba por teléfono al Cuartel de la Guardia Civil, ordenando al comandante del puesto que entregase a los obreros las armas que allí tenían en depósito. Había un buen arsenal: más de cien pistolas y algunas armas largas, que permanecieron en el cuartel hasta el día siguiente 21, en que salieron, no para ser repartidas a los obreros, sino para ser enterradas en una fábrica de curtidos contigua al cuartel, ante el temor de que éste fuese asaltado por las gentes de una columna, que se decía saliera de Tuy con ese objeto.

Estos rumores parecía iban a confirmarse, pues, a eso de las cuatro de la tarde, se oye a lo lejos el tableteo de una ametralladora, que hace sospechar a los guardias, pueda ser la anunciada columna de los revolucionarios de Tuy.

Redoblan las precauciones en el Cuartel, y, a informarse, salen el Teniente, el Sargento y algunos números, advirtiendo con la natural satisfacción, que los rojos no eran tales, sino una compañía de Guardias de Asalto procedentes de Orense, que, a su paso para Vigo, había hecho funcionar la ametralladora por aquellos lugares, con objeto de espantar a unos pequeños grupos de escopeteros, muchos de los cuales se pasaron a Lavadores, y huyeron otros al monte a engrosar la partida de fugitivos que, capitaneada por el célebre Fresco (1), merodeó durante mucho tiempo por aquellos contornos.

Nombrado Delegado de Orden Público D. Mauricio Troncoso Penedo, contribuyó Puenteareas (ya desde los primeros momentos) con sus aportaciones al triunfo de las armas españolas, en cantidades, no superadas por ningún otro pueblo de igual categoría.

(1) Manuel González Fresco, maestro en el tiro de pichón, lo fue también en todas las propagandas revolucionarias llevadas a cabo en el Distrito de Puenteareas, eficazmente secundado por Herminio González Cobelo y Ramón Troncoso Fernández.

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Texto procedente de la obra del canónigo de la Catedral de Santiago de Compostela, Revdo. P. D. Manuel Silva Ferreiro, Galicia y el Movimiento Nacional: paginas históricas, 1938.

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